Los pequeños detalles hacen la vida.

Me considero detallista. Desde dar un buenos días hasta plantarse por sorpresa en casas ajenas. Si es que las pequeñas cosas, los detalles, mueven montañas. Pensadlo bien, todas las alegrías que os han dado con un ‘me he acordado de ti’ o una mirada acompañada con una sonrisa. No tienen precio. Y más si son una sorpresa, los abrazos por detrás, que te guiñen un ojo… Ahora mismo, reparte detallitos, animarás a los de tu alrededor y alegría compartida es doble. No cuesta nada, es un pequeño gesto, que te puede alegrar el día.

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